Para
analizar lo que una imagen tiene para decirnos, debe mediar un proceso de
alfabetización visual, que implica aprender a “leerla” desde dos dimensiones,
complementarias entre sí: la denotativa y la connotativa. Lectura objetiva
(denotativa), es común a todos los observadores, y es donde observamos los
elementos que la componen (personajes, objetos, escenarios, etc.) Lectura subjetiva (connotativa), que es cuando hacemos
una interpretación personal de la imagen, dada por nuestra manera particular de
ver las cosas y por el modo en que influyen nuestras experiencias, estado de
ánimo, expectativas deseos, etc.
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